Pies de elefante by Anita Botwin

autor:Anita Botwin [Botwin, Anita]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Memorias, Autoayuda, Medicina
editor: ePubLibre
publicado: 2022-11-01T00:00:00+00:00

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En 2015 un documental, Yes, We Fuck!, abordó ese vacío. En él se muestra cómo viven su sexualidad y afectividad las personas con discapacidad y su forma de reivindicarlas como acto político, como defensa de otras formas de placer alejadas de la heteronormatividad. Sus directores, Raúl de la Morena y Antonio Centeno, reclamaban, sobre todo, el derecho a la diversidad, a que «la relación con nuestro cuerpo no sea fuente de problemas, sino de bienestar también en este ámbito; el deseo y el placer nos atraviesan a todos», apuntaba Centeno. El suyo fue un proyecto transgresor que buscaba acabar con el falso imaginario que asocia diversidad funcional y asexualidad e hizo mucho por normalizar la diversidad y por mostrar una realidad invisibilizada: la de que hay todo tipo de cuerpos que pueden ser considerados sexuados y sexuales. Contribuyó, además, a cambiar el imaginario colectivo sobre las personas con diversidad funcional, mostrando sus cuerpos como deseables y deseantes. Proyectos como Yes, We Fuck!, los textos de Elena Prous —⁠que reivindica una «escatología de una coja indigna» en la que se expone y visibiliza a modo de resistencia—[13] o los vídeos posporno Nexos o Habitación sitúan el placer y la experimentación sexual en el centro de la reivindicación política.

Estas «anomalías recalcitrantes», seductoras e incómodas, forman parte, sin duda, de lo que en el contexto anglosajón se denomina crip theory,[14] un término que aquí ha venido a traducirse por «teoría tullida».[15] En ese sentido, crip y cripple guardan relación con lo que comúnmente conocemos como freak o monstruoso, es decir, con aquellos cuerpos anormales que se exhiben a modo de animal de feria y que provocan desasosiego, al mismo tiempo que curiosidad o morbo, en quien los observa. En esa lucha contra lo que se considera o acepta socialmente como normativo surge esta teoría crip o teoría tullida, que tiene también relación con la teoría queer.[16] Ambos movimientos comparten una mirada crítica hacia lo considerado normal o normativo y han estado presentes en el movimiento LGTBIQ+ y por los derechos de las personas con discapacidad.

Nancy Mairs, una escritora con esclerosis múltiple, ejemplifica la reapropiación del término: «Soy una tullida (cripple). Elijo esta palabra para nombrarme… La gente, tullida o no, pone caras raras ante la palabra “tullida”, de una forma que no hacen ante palabras como “discapacitada” o “minusválida”. Quizás es que quiero que la gente haga una mueca. Quiero que me vean como una clienta difícil, una a quien el destino/los dioses/los virus no la han tratado bien, pero que sin embargo es capaz de enfrentarse a una verdad brutal en plena cara. Como tullida, soy arrogante».[17]

Cuenta Silvina Peirano, especialista en sexualidad y diversidad funcional, que muchas personas con diversidad funcional sufren un proceso de desexualización. No «eligen» ser asexuales, sino que se les impone una mal interpretada forma de asexualidad que consiste en convencerlos de que carecen de sexualidad o, lo que es peor, de que no se interesen por ella. La desexualización es la «abstinencia sacralizada asociada al

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